¿Qué ocurre si como empresa no tienes registro horario de horas extra?

El control de las horas trabajadas por los empleados ha sido un tema recurrente en el ámbito laboral, especialmente en lo que respecta a las horas extraordinarias. En España, la Ley de Trabajo y el Estatuto de los Trabajadores han dejado claras las obligaciones que tienen las empresas de registrar fielmente la jornada laboral. A partir del Real Decreto-ley 8/2019, se impuso la obligación legal a todas las empresas de llevar un registro diario de la jornada de trabajo de sus empleados, en aras de aumentar la transparencia y evitar fraudes en el pago de horas extra.

¿Qué dice la Ley?

El artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores establece que las empresas deben garantizar un registro diario de la jornada laboral, en el que se debe reflejar tanto el inicio como el final de la jornada de cada empleado. Este registro debe ser accesible tanto para el trabajador como para sus representantes legales y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Además, debe conservarse durante al menos cuatro años.

En cuanto a las horas extraordinarias, el artículo 35 señala que, además de estar limitadas a un máximo de 80 horas anuales, deben ser voluntarias y retribuidas con un importe superior al de las horas ordinarias o compensadas con tiempos de descanso equivalente. Sin embargo, cuando el empresario no lleva un control adecuado de estas horas extra, se crea un escenario de incertidumbre y desprotección para el trabajador.

Consecuencias de No Acreditar las Horas Extra

Uno de los puntos más destacados en la jurisprudencia reciente es que, en caso de que la empresa no acredite las horas extraordinarias mediante un registro adecuado, se presume que el trabajador tiene razón en su propio cálculo de las horas trabajadas. Es decir, si el trabajador reclama que ha realizado determinadas horas extra y la empresa no puede demostrar lo contrario con registros válidos, prevalecerá la versión del empleado.

Esto supone un cambio importante en la dinámica probatoria. Tradicionalmente, en las reclamaciones laborales era el trabajador quien debía probar la existencia de las horas extraordinarias trabajadas. Sin embargo, con la implementación del registro obligatorio de la jornada, esta carga de la prueba ha cambiado. La responsabilidad recae ahora sobre la empresa, que debe acreditar de forma clara y precisa las horas trabajadas, incluyendo las extraordinarias.

En varias sentencias del Tribunal Supremo, se ha señalado que la ausencia de un registro válido de la jornada laboral vulnera los derechos del trabajador y deja a la empresa en una posición de indefensión en caso de reclamaciones. Esto puede derivar en la obligación de abonar las horas extraordinarias reclamadas por el empleado, junto con los correspondientes intereses de demora y sanciones si se constatan incumplimientos graves.

La Importancia de Un Registro Fiable

La obligación del registro no solo tiene implicaciones para el trabajador y su derecho a ser retribuido por las horas efectivamente trabajadas, sino que también es una herramienta para evitar la precarización laboral y el abuso de jornadas prolongadas sin compensación. Para las empresas, no llevar un control adecuado de las horas puede tener consecuencias económicas significativas, tanto por el coste de las reclamaciones como por las sanciones impuestas por la Inspección de Trabajo.

Es importante recordar que, aunque muchas empresas consideran este registro una carga administrativa, se trata de un mecanismo que protege a ambas partes de posibles conflictos. Para los trabajadores, tener un registro fiable garantiza que no se infrinjan sus derechos, mientras que para las empresas, el registro sirve como evidencia ante posibles disputas sobre las horas extraordinarias.

¿Qué Deben Hacer las Empresas?

Ante este panorama, las empresas deben ser proactivas en la implementación y mantenimiento de un sistema de registro de jornada fiable. Este puede ser tanto en formato digital como en formato físico, siempre que cumpla con los requisitos de claridad, accesibilidad y precisión. Además, es recomendable que las empresas informen a los trabajadores sobre la existencia del registro y su derecho a solicitar una copia del mismo en caso de dudas o reclamaciones.

También es fundamental que las empresas revisen periódicamente el cumplimiento de las normativas laborales y aseguren que el registro refleje con exactitud la jornada real de los trabajadores, incluyendo las pausas y las horas extraordinarias. La falta de este control puede suponer un coste elevado en el caso de que un trabajador decida reclamar, ya que los tribunales tienden a fallar a favor del empleado en situaciones donde no existe un registro claro.


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